Me fascina cuando veo imágenes de apartamentos o segundas viviendas con un montón de metros cuadrados y una decoración muy cuidada. No puedo evitar pensar -pues si esto es así ¿como será su primera vivienda?- Y la verdad es que en los tiempos que corren cada vez es más complicado poder optar a una segunda vivienda. Algunos todavía tenemos la suerte de contar con el piso en a playa de los suegros o la casa en el pueblo de la abuela. Cuando se compraba un mueble nuevo para casa el viejo siempre iba a parar al pueblo. Igual pasaba con las ollas, las cuberterías o las sábanas. Así que pocas de estas casas cuentan con esas decoraciones tan maravillosas, aunque el sabor y la historia muchas veces supera lo nuevo.
Este verano le hemos dado la vuelta al salón. Hemos cambiado los muebles de sitio y se ha ganado mucho espacio y comodidad. Queríamos comprar un sofá nuevo pero pensamos que mejor dejarlo para cuando todos los nietos que pasan por la casa a lo largo del verano dejaran de saltar, babear o vomitar encima.
¿Y si le lavamos la cara? Desgraciadamente en la mayoría de cosas que se estropean nos sale más barato tirar a la basura-comprar de nuevo que arreglarlas. Mandar un sofá al tapicero es una locura sólo justificable cuando la estructura es de un alto valor. Como no era el caso había que buscar materiales baratos e ideas sencillas. El coste total fue de 28 €.
En este caso se trata de un sofá cama. En una casa de veraneo no puede faltar. Las mismas colchonetas del respaldo y el asiento son las que luego hacen las veces de colchón. En la foto faltan los laterales que se sacan fácilmente para los piernilargos de la familia. Un sencillo perímetro de metal con la misma tela de la tapicería sin espuma alguna y coronado por una barra de madera. La tela del frontal y los laterales estaba bastante estropeada de los pies y del mocho.
Los laterales y el frontal se tapizaron en piel sintética blanca (22 €). Se puede mojar y limpiar con un trapo húmedo sin problemas. El frontal fue fácil. Grapé la tela encima de la anterior. Primero una grapas en los centros de los cuatro lados y luego, poco apoco, el resto. Siempre tensando bien la tela. Los laterales fueron más complicados. Tomé medidas he hice la funda cosiendo los laterales. Como la máquina no se me da bien lo hice a mano. Debajo de la barra de madera queda oculto el final del trabajo. Para las colchonetas unas fundas con tela de loneta en liso para poder jugar con el resto de las tapicerías. (3 €, encontré el retal en el mercado) También cosidas a mano para mi desesperación y cerradas con belcro (3 €) para poder lavarlas. En la foto faltan los dos almohadones laterales también en piel. En este caso no los cosí sino que ahorré trabajo pegándolos con cianocrilato (tipo super glue). Eso sí, dejé unos pequeños agujeritos en las costuras porque al ser una tela plástica no deja pasar el aire y al oprimirlos podrían reventar.
También falta elegir una tela para los almohadones accesorios y hacer tres o cuatro, pero eso ya queda para el verano que viene! Os prometo una imagen del trabajo terminado.
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3 comentarios:
Menudo cambio, me encanta! A mí no se me dan bien las manualidades... pero con tu blog me van entrando ganas de hacer algunas cosillas por casa... a ver si me atrevo!
De eso se trata!
Muchas gracias por tu comentario.
joe, no tiene nada q ver! genial!
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